A los tres días de irse a Nueva York, Domyoji vuelve a Japón, pero se encuentra con que Tsukushi ha conocido a un chico, Kin, que le había dicho que era igual de pobre que ella. . . algo totalmente falso, ya que pertenece a una antigua e influyente família. Por si fuera poco Domyoji tiene un jet-lag tan fuerte que se marea y acaba pasando la noche en casa de Tsukushi. . . y pasándoselo por la cara al día siguiente a Kazuya. Pero Kin no se da por vencido, él no quiere seguir la tradición familiar, que es ser político, y en la fiesta en la que su padre pretende presentarlo en sociedad anuncia que quiere ser un ciudadano normal y casarse con Tsukushi. . . ¡delante de Domyoji!